El Hospicio Cabañas, también conocido como Instituto Cultural Cabañas, es un museo ubicado en el barrio de San Juan de Dios de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México. En 1810 el edificio abrió sus puertas como “Casa de la Caridad y la Misericordia”, como Instituto Cultural Cabañas el 13 de noviembre de 1980.
Su sede es un inmueble de valor patrimonial para la ciudad, por su belleza arquitectónica e importancia cultural e histórica. Sirvió como hogar de huérfanos de 1810 a 1980. En él se encuentran 57 murales al fresco —realizados de 1938 a 1939— por el artista José Clemente Orozco. Estos se encuentran dentro de la capilla mayor, entre las que destaca El hombre de fuego, considerada la obra maestra del muralista. Fue declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El principal artífice de este hospicio, nombrado en sus inicios «Casa de la Misericordia», fue el obispo Navarro Juan Cruz Ruiz de Cabañas, quien llegó de España a la capital de la Nueva Galicia en 1796, con fin de ocupar el lugar dejado por fray Antonio Alcalde y Barriga tras su fallecimiento. Si bien el proyecto original del obispo fue crear una casa de expósitos, el rey Carlos IV ordenó —a través de la cédula expedida en San Ildefonso el 5 de septiembre de 1803— la ampliación de la finalidad del organismo y que se admitieran ancianos de ambos sexos, lisiados, enfermos habituales, huérfanos y caminantes pobres, así como que diera educación y corrección a menores. El diseño del edificio se debió a uno de los arquitectos de la época, el valenciano Manuel Tolsá. La construcción se inició en 1805 y participaron José Gutiérrez, académico de mérito de la Academia de San Carlos, con la dirección material, y el alarife Pedro José Ciprés. El inmueble se levantó en un terreno elevado y alejado de la ciudad, cuyo núcleo fue lo que se conocía como «Solar, casa y huerta de ‘El Sabino’», perteneciente al convento de San Juan de Dios, así como sobre los terrenos aledaños que adquirió Cabañas a Miguel Navarro y un pequeño lote que cedió el ayuntamiento de forma gratuita y a perpetuidad. El perímetro del terreno formaba un cuadrilátero irregular, que medía: 465 1/3 varas en el Norte; 493 2/3 por el Sur; 159 varas por el Este, y 126 varas por el Oeste.
ARQUITECTURA INIGUALABLE
Las leyes de Reforma y la consiguiente nacionalización de los bienes eclesiásticos, en 1859, afectaron al hospicio. Quedó en manos de la orden de las Hermanas de la Caridad, quienes lo utilizaron como hospital para los necesitados. Bajo su administración el hospicio vivió su época de oro, ya que lograron implementar los ideales originales del obispo Cabañas en construir una institución para asistir a los más necesitados. Renombraron el edificio como el Hospicio Cabañas en honor a su fundador. La gestión de las monjas terminó en 1874, en el momento de la desamortización de bienes eclesiásticos en México, al mismo tiempo que el clero retiró la donación que anualmente hacía para el sostenimiento del lugar. Fue entonces cuando las autoridades civiles tomaron el mando.4
En 1875 ocurrió un terremoto que dañó la estructura del hospicio, la cual fue posteriormente intervenida.5 En 1910 el hospicio regresó a sus labores humanitarias pero no duraron ya que el propio inmueble se vio afectado por los cambios políticos de la nación.4 Desde 1912 la escuela de niñas y niños fue administrada por el gobierno estatal. Con los cambios políticos posterior a la Revolución mexicana se intentó mejorar la oferta educativa y la infraestructura.
La presentación ante la UNESCO del estudio para que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad fue llevado a cabo por la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco, cuando el Dr. Guillermo Schmidhuber de la Mora era Secretario de Cultura y bajo la Coordinación General de Carlos Gutiérrez Arce. En 1997 la UNESCO otorgó el afamado nombramiento.